<
Mattia y Alice, los protagonistas de este libro, son como esos números primos gemelos: siempre juntos pero distantes, sin llegar a tocarse nunca entre un mar de gente que los rodea. Y como esos números primos, saben que lo único que necesitan es saltar esa barrera; un gesto, una palabra será suficiente para que ese número par que los separa se desvanezca, pero las cosas nunca son tan fáciles como aparentan serlo.
La lectura de La soledad de los números primos me ha recordado mucho el estilo de Murakami y su Tokio Blues, aunque Giordano imprime a esta su primera obra un halo de tragedia que lo hace mucho más triste. Sorprende sobre todo el gran domio del lenguaje que demuestra Paolo Giordano , (físico y por ello habituado a los números), la forma en que la historia se desliza a través de las páginas obligando al lector a devorar más y más letras sin darse cuenta.
Nunca, en toda mi vida había sentido tanta atracción por las matemáticas como leyendo La soledad de los números primos.
Marina Villamarin
Qué preciosa reseña. No he leido el libro, pero me parece que no tardaré mucho en hacerlo. Ayer escuchaba el tema de amor de Blade Runner (http://tinyurl.com/ylf6lwc) y me parece que sería una estupenda y desazonadora banda sonora para un libro como éste.
ResponderEliminarUn libro totalmente recomendable que casi leí de un tirón, aunque me produjo un enorme desasosiego la inquietante historia de amor entre los protagonistas, Alice y Mattia, dos almas tímidas y gemelas, cuyas vidas están marcadas por unos sucesos ocurridos durante su infancia.
ResponderEliminarDe la misma manera que los números primos están condenados a vivir separados por un número par, Alice y Mattia, debido a la falta de comunicación y a la incapacidad para expresar los sentimientos, siempre acaban distanciándose para vivir en la más absoluta soledad, a pesar de la afininidad y atracción que existe entre ellos.
Rosa