Abdulrazak Gurnah,
Premio Nobel de Literatura 2021
Abdulrazak Gurnah
“conmovedora descripción de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.
¿Quién es Abdulrazak Gurnah, ganador del Premio Nobel de Literatura 2021?
Gurnah recibe el Premio Nobel de Literatura por su “conmovedora descripción de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.
El novelista Abdulrazak Gurnah, nacido en Tanzania EN 1948 y residente desde hace medio siglo en el Reino Unido, ganó el Premio Nobel de Literatura 2021 por sus textos sobre la época colonial y poscolonial en África Oriental y el destino difícil de los migrantes.
Gurnah, de 72 años, que creció en la isla de Zanzíbar pero llegó a Inglaterra como refugiado a finales de la década de 1960, fue galardonado por su escritura "empática y sin compromisos de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados atrapados entre culturas y continentes".
Es el primer autor africano que recibe el galardón literario más prestigioso del mundo desde 2003, y el quinto del continente en total. Gurnah ha publicado una decena de novelas además de libros de cuentos, y es conocido sobre todo por su novela Paradise (Paraíso) de 1984, ambientada en África Oriental durante la Primera Guerra Mundial, finalista en su momento del Booker Prize en ficción y traducida al español.
Comenzó a escribir a los 21 años en el exilio en Inglaterra, y a pesar de que el suajili es su lengua materna, su herramienta literaria es el inglés.
En su primera entrevista a la Fundación Nobel, Gurnah instó a Europa a cambiar su mirada sobre los refugiados de África y la crisis migratoria.
“Muchas de estas personas que vienen, vienen por necesidad, y también, francamente, porque tienen algo que dar. No llegan con las manos vacías”, afirmó el escritor, haciendo hincapié de que se trata de gente con talento y llena de energía.
Aunque la Academia lo sitúa en la tradición literaria de lengua inglesa, “se tiene que subrayar que rompe conscientemente con las convenciones, transformando la perspectiva colonial para poner en valor la de las poblaciones locales”, según el jurado del Nobel.
Su obra se aleja de las “descripciones de estereotipos y abre nuestra mirada a una África Oriental diversa culturalmente, que no se conoce bien en muchas partes del mundo”, añadió.
Hasta su reciente jubilación, era profesor de literatura inglesa y poscolonial en la Universidad de Kent en Canterbury, y se lo reconocía por su excelente conocimiento de la obra del Nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka y del keniano Ngugi wa Thiong'o, que figuraba entre los favoritos para este año. Gurnah es también el primer autor negro africano que recibe el premio más importante de literatura desde Soyinka en 1986.
“Ningún autor articuló tan bien el dolor del exilio y la gratificación de la pertenencia. Canterbury y Kent representan tanto un exilio como su casa”, explicó Bashir Abu Manneh, director de su antiguo departamento universitario.
El premio sorprendió a numerosos críticos y editores, que confiesan que no conocían al autor. Su propio editor en Suecia, Henrik Celander, explicó que nunca imaginó que conseguiría el Nobel.
Las novelas más famosas son:
Paradise (1994), nominada en el Booker Prize y en el Whitebread Prize
By the Sea (2001) y
Desertion (2005)
Corre el año 1963 y Rashid, un joven procedente de la isla de Zanzíbar, llega a Londres, metrópolis colonial por excelencia, movido por un sueño: estudiar en una universidad inglesa que le permita adentrarse en los vericuetos de una literatura inglesa forjada en unos cimientos imperialistas inquebrantables. Su intención es adquirir conocimiento para retornar a su tierra e iniciar así una nueva vida en un país nuevo, no en vano Zanzíbar ha logrado independizarse del Reino Unido.
Pero sus planes se tambalean al poco de pisar tierra inglesa: tras once meses de independencia, Zanzíbar se ve envuelto en una de las más sangrientas revoluciones de la historia reciente de África y Rashid, instigado por su padre que intuye el duro porvenir de la isla, toma la terrible decisión de quedarse en Inglaterra.
Y digo “terrible” porque en este instante Rashid, como él mismo percibe, se convierte en un exiliado. En una novela anclada en el siglo XIX, diríamos que contemplamos el preciso instante en que el protagonista “crece” emocionalmente y racionalmente, en otras palabras, el joven Rashid se transforma en adulto. Pero la novela que da vida a Rashid no es una novela a la antigua usanza, sino que debe situarse en las aguas turbulentas de un mundo poscolonial que, como el mismo título de la novela indica, Desertion (Deserción), está plagado de abandonos, ausencias y traiciones.
Desertion, publicada en el año 2005, es un intento fallido de novela histórica, puesto que la historia que Rashid cuenta no tiene cabida en los anales del imperio británico. Desde la experiencia desgarradora del exilio, Rashid desvela el romance prohibido entre Martin Pearce, inglés, y Rehana, una historia de amor que se desarrolla a finales del siglo XIX y que ataca, de forma contundente, la creencia imperialista sobre la inexistencia de relaciones interraciales “serias”.
El novelista Abdulrazak Gurnah, nacido en Tanzania y residente desde hace medio siglo en el Reino Unido, ganó el Premio Nobel de Literatura 2021 por sus textos sobre la época colonial y poscolonial en África Oriental y el destino difícil de los migrantes.
Gurnah, de 72 años, que creció en la isla de Zanzíbar pero llegó a Inglaterra como refugiado a finales de la década de 1960, fue galardonado por su escritura "empática y sin compromisos de los efectos del colonialismo y el destino de los refugiados atrapados entre culturas y continentes".
Es el primer autor africano que recibe el galardón literario más prestigioso del mundo desde 2003, y el quinto del continente en total. Gurnah ha publicado una decena de novelas además de libros de cuentos, y es conocido sobre todo por su novela Paradise (Paraíso) de 1984, ambientada en África Oriental durante la Primera Guerra Mundial, finalista en su momento del Booker Prize en ficción y traducida al español.
Comenzó a escribir a los 21 años en el exilio en Inglaterra, y a pesar de que el suajili es su lengua materna, su herramienta literaria es el inglés.
En su primera entrevista a la Fundación Nobel, Gurnah instó a Europa a cambiar su mirada sobre los refugiados de África y la crisis migratoria.
“Muchas de estas personas que vienen, vienen por necesidad, y también, francamente, porque tienen algo que dar. No llegan con las manos vacías”, afirmó el escritor, haciendo hincapié de que se trata de gente con talento y llena de energía.
Aunque la Academia lo sitúa en la tradición literaria de lengua inglesa, “se tiene que subrayar que rompe conscientemente con las convenciones, transformando la perspectiva colonial para poner en valor la de las poblaciones locales”, según el jurado del Nobel.
Su obra se aleja de las “descripciones de estereotipos y abre nuestra mirada a una África Oriental diversa culturalmente, que no se conoce bien en muchas partes del mundo”, añadió.
Hasta su reciente jubilación, era profesor de literatura inglesa y poscolonial en la Universidad de Kent en Canterbury, y se lo reconocía por su excelente conocimiento de la obra del Nobel de Literatura nigeriano Wole Soyinka y del keniano Ngugi wa Thiong'o, que figuraba entre los favoritos para este año. Gurnah es también el primer autor negro africano que recibe el premio más importante de literatura desde Soyinka en 1986.
“Ningún autor articuló tan bien el dolor del exilio y la gratificación de la pertenencia. Canterbury y Kent representan tanto un exilio como su casa”, explicó Bashir Abu Manneh, director de su antiguo departamento universitario.
El premio sorprendió a numerosos críticos y editores, que confiesan que no conocían al autor. Su propio editor en Suecia, Henrik Celander, explicó que nunca imaginó que conseguiría el Nobel.
En 1980 accedió a la universidad Bayero Kano en Nigeria. Luego, se trasladó a la universidad de Kent donde obtuvo su doctorado en 1982. En la actualidad, es profesor y director de los estudios de grado en el departamento de inglés. Sus investigaciones se centran en el postcolonialismo, así como el colonialismo especialmente relacionado con África, el Caribe e India.
En 2021, Gurnah recibe el Premio Nobel de Literatura por su “conmovedora descripción de los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes”.
Ha publicado diez novelas y varios cuentos. El tema de la perturbación del refugiado recorre todo su trabajo desde que comenzara a escribir a los 21 años en el exilio inglés, y aunque el suajili era su primer idioma, el inglés se convirtió en su herramienta literaria. En todo su trabajo, Gurnah se ha esforzado por evitar la omnipresente nostalgia por una África precolonial.
Abdulrazak Gurnah rompe con las convenciones, cambiando la perspectiva colonial para resaltar la de las poblaciones indígenas. Lo hace, por ejemplo en Desertion, donde cuenta una historia de amor llena de contradicciones, que él mismo ha denominado “el romance imperial”. Su universo literario está lleno de recuerdos, nombres, identidades.
Su prosa rechaza las descripciones estereotipadas, que tanto han marcado la historia de Inglaterra y África, y abre una nueva mirada al continente, mucho más diversa y desconocida en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Afterlives, el autor habla de un niño robado a sus padres por las tropas coloniales alemanas y que regresa a su aldea después de años luchando en una guerra contra su propia gente. Un intento de dar voz a los olvidados, calificaba en 2020 la crítica literaria británica este libro.
Cabe destacar también su tercera novela, Dottie (1990), un retrato de una mujer negra de origen inmigrante que crece en duras condiciones en la Inglaterra de los años 50, cargada de cargas raciales, y con el silencio de su madre que carece de conexión con su propia historia familiar. Al mismo tiempo, se siente desarraigada en Inglaterra, el país en el que nació y creció.
A excepción del ganador británico de 2017, Kazuo Ishiguro, que nació en Japón, todos los nobeles literarios laureados de los últimos nueve años han sido europeos o norteamericanos. El último autor no occidental que ha ganado el premio fue el chino Mo Yan. Después de dos décadas de aquel premio, la prensa sueca especulaba con la posibilidad de que un escritor racializado y con un discurso potente sobre la descolonización podría ser el elegido este año, después del intenso debate sobre el racismo y la colonización que ha vivido la sociedad mundial desde el Black Lives Matter.
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