xoves, 15 de abril de 2010

Pensamientos

Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría
         Proverbio árabe


 Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora
          Proverbio hindú

Fernando Lalana y José María Almárcegui: Los hijos del Trueno



Un puntazo de libro.

Dispuesto a atajar de raíz el fracaso escolar, el gobierno promulga el “Decreto del vintidós”, sí, vintidós. Cada clase tiene que tener veintidós alumnos, y los que sobren, irán a institutos remanentes. Esta es la historia del Instituto Remanente de Enseñanzas Medias Nº1, rebautizado como Capitán Trueno.
Cada instituto decide a quienes descartar, por lo que aparentemente se junta allí lo peor de cada casa. Sin embargo, un grupo de supuestos fracasados (frikis, raros, inadaptados, delincuentes, algún cerebrito, molestos en general...) se negará a asumir esa condición y encontrará la manera de revindicarse y poner patas arriba el nuevo sistema establecido.

Un libro que vuelve a demostrar que Fernando Lalana (junto con su sempiterno compañero Almárcegui, quien en esta ocasión se implicó en el proyecto más de lo habitual) sigue siendo un cachondo. Unos personajes de los que no puedes más que encariñarte. En fin, una lectura que en ningún momento se deja de disfrutar.

En abril...lecturas mil


Jordi Sierra i Fabra: El niño que vivía en la estrellas

Un extraño niño que dice provenir del espacio es enviado a la consulta de un psiquiatra tras ser hallado perdido en la ciudad. El niño no puede resistir la luz, dispara imaginariamente y cuenta extrañas historias espaciales. El médico acabará descubriendo la verdad: su padre lo tenía conectado a un casco de realidad virtual y encerrado en su habitación, para que no molestara. Al morir el padre y acabarse las pilas, el niño sale de su casa por primera vez.


Este alegato contra las nuevas tecnologías fue precursor, pues tras su edición, se produjeron dos casos iguales en Italia y en España